El Manifiesto a la Nación
Manifiesto a la Nación
es un texto escrito por el General Enrique Gorostieta Velarde, publicado el 4
de agosto de 1928 en Los Altos, Jalisco. Este texto expresa el descontento de
la población debido a la falta de libertades para los católicos durante el
periodo presidencial de Plutarco Elías Calles (1924-1928). A pesar de los
problemas a los que se enfrentan los libertadores, Gorostieta busca motivar a
la población a seguir luchando por lo que pide obediencia y lealtad.
El Manifiesto fue
redactado de la siguiente manera:
1.-Hace más de dos
años que el pueblo mexicano, harto ya de la oprobiosa tiranía de Plutarco Elías
Calles y sus secuaces, empuñó las armas para reconquistar las libertades que
esos déspotas le han arrebatado, especialmente la religiosa y de conciencia.
Durante ese largo período, los “Libertadores” se han cubierto de gloria y los
tiranos no han logrado otra cosa que hundirse más en el cieno y la ignominia,
al pretender ahogar en sangre los pujantes esfuerzos de un pueblo que los
detesta y que está decidido a castigarlos.
Cierto es que no se ha
obtenido la victoria final, pues son muchos los recursos materiales con que
cuentan nuestros opresores, pero también es verdad que así se ha probado al
mundo que el pueblo ha empuñado las armas contra sus tiranos, no movido por un
transitorio sentimiento de ira y de venganza, sino impulsado y sostenido por
altísimos ideales. Los “Libertadores” han derramado generosamente y sin medida
su noble sangre; la juventud, la edad viril, la ancianidad y hasta la niñez y
la mujer, han escrito brillantísimas páginas que inundarán de gloria a las
generaciones que nos sucedan y el triunfo nuestro, en esta lucha sangrienta
contra la bárbara disolución bolchevista, será el cauterio para las Américas y
tal vez el principio de la curación universal.
2.– Pasó a la Historia
el valeroso gesto de Serrano y de Gómez, quienes acompañados de un grupo de
revolucionarios se enfrentaron a los déspotas en defensa de un ideal que ayer
fue bandera y a pesar de disponer de grandes recursos materiales, sucumbieron a
los traidores golpes del puñal que en la sombra dirige el tirano, su antiguo
amigo. Los “Libertadores” iniciaron su lucha antes que ellos, y su desventura,
hija de pérfida traición, no acobardó a las fuerzas libertadoras, y el enemigo
ha sido impotente para doblegar su inquebrantable fe, no obstante su pobreza, a
pesar de que se les ha negado todo recurso exterior, a pesar de que muchos que
deberían estar con ellos les han negado, cobardemente, su ayuda y cooperación.
3.– El Embajador de
una nación poderosa que ha intentado resolver los problemas nacionales
poniéndolos en armonía con los intereses de su patria, ha tenido que confesar
después de una labor perseverante de nueve meses, que es imposible resolver
esos problemas, si antes no se resuelve el primero: el de nuestra libertad.
Porque entre tanto, el erario estará exhausto por las continuas sangrías que le
ocasiona una guerra que no puede terminar sino con la caída del gobierno
opresor.
4.– La actitud
admirable de los “Libertadores” es tanto más asombrosa, cuanto que ha roto con
las prácticas y los procedimientos que han seguido en México, cuantos han
requerido las armas para defender sus derechos contra la autoridad o para
satisfacer sus ambiciones. Nuestros guerreros hasta ahora, han carecido de Jefe
Supremo, de un Caudillo; y no han exigido para combatir contra los opresores de
la patria, la adopción de un plan: esto, en un país de incurable caudillaje y
en donde los planes y los programas son el obligado señuelo para los pueblos.
Es indudable que esas circunstancias han sido una de las causas que han
retardado la victoria, pero también demuestran que los “Libertadores” combaten
por un ideal firmísimo que inflama su corazón y los sostiene en esta larga
lucha: todo su programa, todas sus aspiraciones, han quedado simbolizados en un
grito santo que sintetiza la civilización y la libertad cristianas,Y las bases
fundamentales de la patria y de la nacionalidad: “¡Viva Cristo Rey!” y “¡Viva
la Virgen de Guadalupe!”
5.– Sin embargo, es
menester declararlo: aunque haya faltado un jefe visible y aunque no se haya
cristalizado un programa, las más altas aspiraciones que agiten intensamente el
alma de la patria; sus más nobles anhelos, sus sentimientos de dignidad
ultrajados por los opresores han hallado un órgano para encausarse y
organizarse; órgano creado por la viva necesidad sentida, y él se ha encargado
hasta ahora, de un modo superior y casi invisible, de dirigir esos esfuerzos,
de orientar esas aspiraciones, de hacerse cargo de todo el movimiento de
resistencia contra los tiranos: la LIGA NACIONAL DEFENSORA DE LA LIBERTAD
RELIGIOSA. Así ella, con todo derecho, se ha convertido en la genuina y
legítima representación nacional.
6.– El desarrollo de
los acontecimientos exige que se ponga ya remedio a las deficiencias apuntadas.
Por eso, la misma Liga, respondiendo a las justificadísimas exigencias de los
combatientes y de cuantos anhelan el derrumbamiento de los tiranos, y
sujetándose con toda lealtad a las bases constitutivas de su existencia, ha
resuelto que se dote al movimiento de defensa, tanto en el orden civil como en
el militar, de jefes visibles que acaben de dar unidad a la acción libertadora,
y que sepa el mundo de un modo concreto qué es lo que pretendemos, cuál es
nuestro programa y la forma de realizarlo.
7.– Por esa causa, ha
determinado nombrarme Jefe Militar del Movimiento Libertador y en nombre de la
nación, me ha investido de las facultades necesarias en Hacienda y Guerra para
cumplir con la ardua misión que me ha encomendado. Ella responderá ante la
nación, ante la Historia y ante Dios de por qué me ha designado a mí.
Soy militar, conozco y
siento la alta misión que me corresponde desempeñar en estos esfuerzos que la
patria hace para recuperar sus libertades, y desde hace más de un año he
abandonado todo, hasta lo que hay de más caro para el corazón del hombre y no
puedo retroceder ante la orden que me impone la representación nacional.
Acepto, pues, resuelto el cargo que se me confiere y desde ahora contraigo el
formal compromiso, amparado con mi juramento de soldado, de ponerme a las
órdenes del Jefe Civil del Movimiento Libertador, en el acto que se haga la
designación respectiva y acatar sus disposiciones y resoluciones.
8.– El programa que
adopta el Movimiento Libertador, de acuerdo con la Liga y que responde en un
todo a mis convicciones, puede concretarse en esta sola palabra: LIBERTAD.
Libertad de conciencia y religiosa, libertad de enseñanza, libertad de
asociación, libertad de trabajo, libertad de imprenta: ¡Todas las libertades!
9.– Para alcanzar ese
fin, se han tenido en cuenta las consideraciones que a continuación expreso, a
efecto de escoger los medios de que el Movimiento Libertador debe valerse. No
es menester romper con el pasado, aunque en él haya mucho de malo y deplorable.
Durante sesenta años, la Constitución de 1857 fue la norma jurídica de la
nación, la que sirvió de base a las relaciones internacionales, y aunque en
verdad, no traduce el sentir real y efectivo del pueblo mexicano, es necesario
fijar una base existente que sirva de punto de partida.
10.– Además, los
acontecimientos actuales han proporcionado el medio de suprimir las asperezas
que la vieja Constitución contenía. El pueblo mexicano, por medio de dos
millones de firmas, ha manifestado de un modo indudable, su voluntad, en un
plebiscito nacional. Este plebiscito fue emitido en momentos en que el alma de
la patria podría revelarse de la mejor manera, porque no se trataba de plegarse
a la voluntad del tirano, sino de enfrentarse con él. El número considerable de
firmas, el corto tiempo en que se recogieron y los obstáculos, muchas veces
vencidos heroicamente, que los opresores y sus secuaces opusieron para que el
pueblo aclamase por ese medio su libertad, son razones concluyentes para
reconocer y declarar que, desde luego, deben tenerse por incorporadas en la
Constitución las reformas pedidas el día 6 de septiembre de 1926 por los
Ilustrísimos Prelados Mexicanos, y las ampliaciones contenidas en el “Memorial
de los Católicos” presentado a las Cámaras el día 3 de septiembre de 1928. He
ahí un caso en que debe aplicarse el precepto contenido en el artículo 39
constitucional, porque la soberanía del pueblo no sólo debe ejercitarse para
determinar la forma de gobierno, sino las bases que norman el pacto
fundamental. El pueblo entonces, ejercitó su soberanía y expresó clara y
terminantemente su firme voluntad.
11.– Pero si la
voluntad de la nación se ha expresado ya una vez, debe conservarse expedita la
vía para manifestarse. Si las leyes se dan por la sociedad y, para la sociedad,
la sociedad puede manifestar su voluntad soberana, no sólo por medio de sus representantes,
que muchas veces soy infieles o malos intérpretes, sino directamente, por medio
del “referéndum” y del “plebiscito”. Por eso, desde ahora, se reconocerá que la
Constitución podrá ser reformada no solo por el procedimiento único que ella
señala en el penúltimo de sus artículos, sino por votación directa, por medio
del “plebiscito” y del “referendum.”
12.– Si es cierto que
no debemos romper con el pasado, también es cierto que debemos tener clara
conciencia de las necesidades actuales y de la evolución que los pueblos van
teniendo en el sentido de elevar a las clases populares. Esa tendencia, esas
aspiraciones, deben ser reconocidas y son aceptadas por los “Libertadores” sin
temor. Todavía más, ellos, que no son otra cosa que el pueblo mismo, verdaderos
representantes de la clase humilde por ser salidos de ella y por ser ella la
que los sostiene y los alienta en esta epopeya contra la barbarie, para cumplir
hasta con un deber de mera gratitud, declaran: QUE EXIGIRAN CATEGORICAMENTE Y
TENDRAN COMO VALIDAS, cuantas disposiciones se hayan dado por gobiernos
revolucionarios o no revolucionarios, en favor de las clases populares, sin más
límite que el que impongan en cada caso el derecho natural y la justicia.
Refiriéndonos al
llamado problema agrario, declaramos: que habiendo la revolución creado ciertos
intereses más o menos ilegítimos, cuyo desconocimiento lastimaría el bien
público en grado sumo, nuestra autoridad tomará medidas conducentes a lograr un
convenio equitativo entre expropiados y despojadores y sentará las bases para
que aquéllos reciban la justa indemnización y éstos, títulos de origen sin
tilde o lacra.
13.– Cuando las
naciones pasan por los duros y gloriosos trances porque va atravesando nuestra
patria, toman resoluciones radica- les en su vivo anhelo de salvarse. Con todo
valor debemos ver el porvenir, no sólo para aceptar con los brazos abiertos las
reformas sociales en el mundo del trabajo, sino también para aceptar
entusiasmados la colaboración que la mujer debe prestar en los trabajos de
redención patria. Ella ha sido, sí, y hay que declararlo con legítimo orgullo,
la que en gran parte ha despertado la conciencia nacional: la que ha llevado a
los hombres, en estos días de prueba, a la cúspide del heroísmo; la que, con
una perseverancia y un, valor sin igual, ejecuta a diario; en forma admirable,
actos heroicos que permanecen ocultos, pero que algún día serán inmortalizados
por las artes en sus más elevadas manifestaciones. La mujer mexicana, la
bendita guardiana de la santidad del hogar y de las patrias tradiciones, no
podía permanecer indiferente en esta lucha. Y si ha sido el agente poderoso y
decisivo en los momentos de defensa, tiene todo derecho para continuar
desarrollando, vigorosa y resuelta, su acción salvadora, en la hora de la
reconstrucción nacional. Mentira que sólo los hombres estamos interesados en
resguardar las instituciones fundamentales; que seamos los únicos destinados a
éllo: para defender la santidad del hogar, nada tan grande y formidable como el
corazón y las virtudes de una esposa y de una madre mexicanas. Por eso,
siguiendo las modernas tendencias democráticas, es de justicia que la mujer
pueda emitir su voto cuando se trata de decidir de la vida de la nación y de la
libertad; cuando el pueblo en ejercicio de su soberanía, manifieste su voluntad
en los “referéndum” y en los “plebiscitos.”
14.– Como se ve, estas
bases sólo pueden desagradar y despertar aversión entre los opresores y los que
por interés o por vileza de alma aman la tiranía. Es bien sabido que los tiranos
y sus amigos del exterior quieren hacernos aparecer, a los que luchamos con las
armas en la mano, como promoviendo una anacrónica guerra de religión. Mentira:
luchamos por todas las libertades, por la dignidad humana ultrajada y por la
civilización. Que no se asombren ni se escandalicen los defensores de los
tiranos: los anacrónicos, los retrógrados, los fanáticos, los que quieren hacer
retroceder a México hasta los tiempos de Huitzilopochtli, son ellos, los que
odian la libertad y la civilización cristianas.
15.– Supuesto lo dicho
se declara.
I.– Nombrado por la
genuina representación nacional, asumo el cargo de Jefe Militar del Movimiento
Libertador.
II.– El Movimiento
Libertador, tanto en el orden civil como en el militar, queda sujeto, desde luego
a las siguientes bases.
III.– Se confirma el
desconocimiento que los “Libertadores” han hecho de todos los poderes
usurpadores, así de la Federación como de los Estados.
IV.– Se decreta el
restablecimiento de la Constitución de 1857 SIN LAS LEYES DE REFORMA; pero
desde luego quedan incorporadas a sus preceptos y por tanto reformados los
artículos correspondientes, las modificaciones que exigió el plebiscito
nacional efectuado en 1926, respaldando el ocurso formulado por los
Ilustrísimos Prelados Mexicanos, con fecha 6 de septiembre del mismo año, y las
ampliaciones contenidas en el “Memorial de los Católicos” presentado a las
Cámaras el día 3 de septiembre de 1928.
V.– La Constitución
podrá ser reformada por el procedimiento establecido en el artículo 127 de la
misma y por “plebiscito” y “referendum”, para que todos los ciudadanos, armados
o no, puedan manifestar sus deseos y así el pueblo mexicano, tenga por fin, una
Constitución verdaderamente suya, nacida de sus anhelos y tradiciones, y que
corresponda a las necesidades populares.
VI.– En los casos en
que se haga uso del “plebiscito” o “referendum”, la mujer mayor de edad tendrá
obligación de votar.
VII.– Se tendrán como
válidas cuantas disposiciones hayan sido expedidas hasta la fecha, que tengan
por objeto reconocer el derecho de los hombres de trabajo para sindicalizarse,
hacer valer sus derechos, defenderlos y mejorar su condición, siempre que sean
justas. La aplicación de dichas disposiciones será efectiva para aquellos en
favor de quienes se expidieron y no en beneficio de favoritos.
VIII.– En materia de
dotaciones ejidales, el Gobierno Libertador establecerá comisiones que arreglen
convenios entre los ejidatarios y los propietarios y adoptará procedimientos
adecuados para que la indemnización que se deba pagar a éstos sea efectiva y
justa. Además, se continuará, donde sea necesario y útil para el bien común, la
distribución de propiedades rurales; pero en forma justa y equitativa y previa
indemnización; de este modo se procurará hacer la propiedad asequible al mayor
número.
IX.– Nuestras fuerzas
libertadoras se constituyen en “Guardia Nacional” nombre que usarán
oficialmente en lo sucesivo, y el lema de la “Guardia Nacional” será “Dios,
Patria y Libertad”.
X.– El Jefe Civil del
Movimiento Libertador será nombrado por el Comité Directivo de la Liga Nacional
Defensora de la Libertad Religiosa, previa consulta del sentir de la Guardia
Nacional, y, entretanto, el Jefe Militar reconocerá como Autoridad Suprema a la
persona que sea nombrada de común acuerdo entre el Comité Directivo y el Jefe
Militar.
XI.– El Jefe Militar
tendrá todas las facultades que sean necesarias en los ramos de Hacienda y
Guerra.
XII.– Este plan no
podrá ser modificado, sino de común acuerdo entre el Comité Directivo de la
Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa y el Jefe Militar.
XIII.–Una vez nombrado
por el Comité Directivo de la Liga Nacional Defensora de la Libertad Religiosa
el Jefe Civil, el Militar conservará las facultades que le corresponden y
reconocerá en aquél la Autoridad Suprema del Movimiento Libertador.
XIV.– Al tomar la
Capital de la República y restablecerse el orden en la nación, se procederá a
la reconstrucción política de la misma, conforme a los preceptos de la
Constitución de 1857.
MEXICANOS: EL
MOVIMIENTO LIBERTADOR SE HA CONQUISTADO LA ENTUSIASTA ADMIRACION DEL MUNDO
ENTERO, Y HAN SIDO VANOS LOS ESFUERZOS DEL TIRANO PARA OCULTAR LA VERDAD.
MEXICANOS: LOS
“LIBERTADORES” DESNUDOS Y HAMBRIENTOS, CASI SIN ARMAS Y SIN ORGANIZACION,
OBTIENEN VICTORIA TRAS VICTORIA SOBRE EL EJERCITO DEL DESPOTA; PLETORICO DE
ELEMENTOS DE GUERRA. ¿QUE SIGNIFICA ESTO? QUE, ¿ACASO SOMOS OTRO PUEBLO O
MEJORES SOLDADOS? NO. ES QUE LAS CAUSAS JUSTAS TRAEN DE INMEDIATO O A LA
POSTRE, APAREJADO EL TRIUNFO. LA GUERRA DE INDEPENDENCIA, DESPUES DE ONCE AÑOS
DE TERRIBLE LUCHA, DIO POR FRUTO LA ENSEÑA DE LAS TRES GARANTÍAS. LA SIMIENTE
DE LA PIEDAD Y BAYACORA, FRUCTIFICARA MAÑANA EN NUESTRO TRIUNFO. LA FECUNDA
SANGRE DE NUESTROS MARTIRES, EL VALOR, LA ABNEGACIÓN DE QUE HAN DADO PRUEBAS
NUESTROS SOLDADOS SON SEGURO PRESAGIO DE LA VICTORIA. NO DESMAYEIS EN EL
SOSTENIMIENTO DE LA SANTA LUCHA; NO OS CANSEIS DE PRESTARNOS LA GENEROSA AYUDA
QUE VENIS IMPARTIENDONOS.
REVOLUCIONARIOS DE
VERDAD: CAMPEONES DE UN PRINCIPIO, DEFENSORES DE UN IDEAL, QUE DESAFIASTEIS LAS
IRAS DEL DESPOTA Y QUE SUFRIS PERSECUCION Y EXILIO; VENID, VENID A NUESTRAS
FILAS, QUE NUESTRA BANDERA ES LA VUESTRA, LA BANDERA DE MEXICO. QUEREMOS QUE
ELLA A TODOS NOS COBIJE. QUE NADIE QUEDE FUERA.
COMPAÑEROS DEL ANTIGUO
EJERCITO, CAMARADAS DE CHAPULTEPEC: LA NACION OS CONTEMPLA Y MUY PRONTO DICTARA
SU FALLO JUSTICIERO. AUN ES TIEMPO DE HACER OLVIDAR UNA CLAUDICACION QUE
ENTREGO A LA SOCIEDAD, INERME, EN MANOS CRIMINALES. LA TROPA ESTA LISTA Y
FORMADA. SOLDADOS MEJORES QUE AYER. VAN A ENTRAR EN COMBATE, DE HECHO YA ESTAN
COMBATIENDO. CON TALES SOLDADOS, LA VICTORIA ES MUY FACIL SI CONTAMOS CON QUIEN
LOS DIRIJA. LA NACION OS LO PREMIE. SI VAN SOLOS, TRIUNFARAN. ¡VIVE DIOS! PERO
ARROYOS DE SANGRE COSTARA LA VICTORIA. “LA HISTORIA OS LO DEMANDE”.
Y VOSOTROS, COMPAÑEROS
DE LUCHA! COMPAÑEROS DE DERROTAS! COMPAÑEROS DE SUFRIMIENTOS! VENCEDORES DE
TRONERAS Y SAN JULIAN, DE JALPA, MANZANILLO Y ASIS! CON MI NUEVO CARACTER, NADA
NUEVO TENGO QUE DECIROS, SEGUIRE CON VOSOTROS COMO ANTES; COMO ANTES, SUFRIRE
CON VOSOTROS EL HAMBRE Y LA SED. COMO SIEMPRE PELEARE A VUESTRO LADO. COMO
SIEMPRE EXIGIRE LEALTAD Y OBEDIENCIA, VALOR Y ABNEGACION. COMO ANTES OS
OFREZCO, LLEGAR HASTA EL FIN Y COMO ANTES, POR UNICO PREMIO: LA SATISFACCION DE
LA DIGNIDAD PROPIA Y LA DE HABER CUMPLIDO CON EL DEBER. ANIMO, LA VICTORIA ESTA
CERCA Y AHORA MAS QUE ANTES, ESTO SI; OS EXHORTO A QUE A TODOS LOS VIENTOS Y A
TODA HORA SOLO SE OIGA NUESTRO GRITO DE GUERRA: ¡VIVA CRISTO REY! ¡VIVA LA
VIRGEN DE GUADALUPE! ¡MUERA EL MAL GOBIERNO!
DIOS, PATRIA Y
LIBERTAD.
LOS ALTOS, Jalisco, a
28 de octubre de 1928; Fiesta de CRISTO REY.
E. Gorostieta, Jr.
Repercusiones
El texto anuncia el
nombramiento de jefes tanto civiles como militares por parte de La Liga para
dar unidad a la acción libertadora y así formular el plan de manera concreta.
Anteriormente carecían de un Jefe Supremo y un plan bien definido, por lo que
este texto es clave para entender porqué el número de sublevados ascendía y su
distribución era cada vez mayor. Ante esta situación, la ofensiva del Estado
fue un fracaso. La Iglesia no podía derrotar al Estado debido a su falta de
recursos materiales y el Estado no podía derrotarla por estar dañado económicamente
gracias a la rebelión.
Aunque los libertadores
escaseaban de armas, organización y vestimenta, el General Gorostieta los llamó
a organizarse y seguir luchando. Al quedar clara la imposibilidad de dominar la
rebelión de los cristeros, el Estado trató de lograr un compromiso con la
Iglesia, pero la causa principal de este compromiso fue para evitar que
Vasconcelos y los cristeros hicieran una alianza ya que este era candidato a la
presidencia.
Al incrementar las
violencias los últimos años, Dwight Morrow, embajador estadounidense en México,
hizo un plan para terminar con el conflicto ya que los intereses estadounidenses
se veían afectados.
Morrow redactó el
memorándum y fueron publicados los arreglos, en los que la ley de Calles fue
suspendida aunque no derogada, se otorgó amnistía a los rebeldes, se
restituyeron las iglesias y la Iglesia pudo realizar nuevamente los cultos.
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